Los científicos de la Universidad Estatal de Dakota del Norte han estado trabajando en el desarrollo de un tipo de plástico que tarda tres horas en degradarse cuando es expuesto a la luz  UV.

Inventaron una solución de moléculas derivadas de la fructosa, un azúcar simple que se encuentra en alimentos como las frutas, y las moléculas que absorben la luz llamados phototriggers . Al calentar esta mezcla, se comprobó que repitiendo cadenas se obtenía un  plástico sólido cuando se enfría.

Cuando este plástico es expuesto a la luz UV en una longitud de onda de 350 nanómetros, que es dentro de la gama de longitudes de onda que emite el sol, las  moléculas que absorben la luz se desprenden de la fructuosa haciendo que el plástico se desintegre quedando una solución soluble.

Según artículo publicado recientemente del equipo en Angewandte Chemie , estas moléculas se pueden recuperar y volver a utilizar para hacer el nuevo plástico, lo que ayuda a reducir la demanda de materias primas y además evitar el impacto ambiental.

El plástico que se utiliza habitualmente deriva del petróleo y puede tardar hasta 100 años en desintegrarse sin contar que los productos químicos que suelen utilizarse para su fabricación se van disolviendo y resultan altamente contaminantes.