La falla de San Andrés está demasiado "quieta" desde 1857, cuando generó un terremoto de 7,9 grados en la escala de Richter, y los científicos consideran que está "cargada y lista para temblar".

Así lo afirma el director del Centro Sísmico del Sur de California, Thomas Jordan, al diario Los Angeles Times, advirtierndo a las autoridades deben estar preparadas para un terremoto de al menos 8 grados en la escala de Richter.

Un sismo de tal envergadura en esa zona de los Estados Unidos causaría el derrumbe de edificios y la destrucción de acueductos y redes de telecomunicaciones, con un estimado de miles de víctimas y pérdidas multimillonarias.

Ese terremoto podría extenderse durante unos dos minutos y afectaría especialmente el Valle de Coachella, Inland Empire y el valle del Antílope, aunque también tendría fuerte impacto en Los Ángeles.