Los hoyuelos de Venus están ubicados al final de la espalda, apenas por encima de los glúteos y, para ser exactos, en los vértices del "rombo de Michaelis": espacio anatómico comprendido entre la apófisis espinosa, las espinas ilíacas y el punto de unión de los glúteos.

Para la mayoría de los mortales no son más que pocitos, pero que ahora tienen un valor estético que los ubica en el plano del fetiche erótico.

Son los fetichistas, justamente, quienes les otorgan esos especiales atributos: según ellas y según muchos ellos, las mujeres que pueden exhibirlos son capaces de un mayor placer sexual a través de la estimulación de esa zona.

De hecho, pintores como Diego Velázquez ya habían puesto luz sobre ellos, que desde la antigüedad son atribuidos a la mismísima Venus, diosa del amor, la belleza y la fertilidad.

Incluso y quizá siguiendo esa misma lógica, se ha llegado a decir que las mujeres con hoyuelos de Venus suelen ser más sensibles y también –o por lo tanto– más inteligentes que quienes no los tienen.

Tan grande es su fama en la actualidad que muchas mujeres decidieron fotografiar y mostrar los suyos en las redes sociales. Otras han acudido a la cirugía estética para lograrlos, pero es imposible...