Las Terrazas Rosas y Blancas, son uno de los paisajes naturales más increíbles del mundo que podrían haber resistido la erupción volcánica del Monte Tarawera en 1886 y seguir existiendo.

Siete años atrás, en 2010, la investigadora Sascha Nolden encontró unos diarios que pertenecían al geólogo Ferdinand von Hochstetter. En las notas estaba el dato de la ubicación de las terrazas.

Al parecer, las terrazas fueron la atracción turística más importante del hemisferio sur y del Imperio Británico, pero por la acción volcánica y los 131 años que pasaron, el escenario cambió.

La investigación se publicó en Journal of the Royal Society of New Zealand. Los especialistas sostuvieron que "Después de más de 2.500 horas de investigación en los últimos 12 meses, estamos seguros de que, después de todo este esfuerzo, hemos identificado las ubicaciones de las terrazas. Estamos más cerca de lo que nadie ha estado en los últimos 130 años".

De acuerdo a la investigación, las terrazas ya no están debajo del lago, pero sí en sus orillas, bajo una capa espesa de ceniza y escombros. La erupción del 10 de junio de 1886 no solo la desplazó sino que también las ocultó y luego el cráter se rellenó con su agua.

Las cascadas y escaleras de agua se formaron por grandes cantidades de bicarbonato de calcio que fueron arrastradas por el agua caliente.

La investigación continúa sucediendo y buscan la exploración en el mismo territorio no sin antes pedir el permiso del pueblo Iwi para excavar el área en cuestión.